jueves, 25 de febrero de 2010

Los Derechos Humanos en la Cuba comunista.

Los derechos humanos en Cuba
El exilio cubano reprocha el silencio sobre los presos de conciencia
La oposición considera insostenibles las políticas de acercamiento al régimen


La agonía y muerte de Orlando Zapata muestra la ferocidad del sistema represivo cubano y debería servir para sacudir la conciencia internacional sobre la situación de los más de 200 presos políticos en la isla. Ésta es la opinión expresada de forma casi unánime entre los exiliados cubanos en Estados Unidos y España, que insisten también en la necesidad de que los Gobiernos (y muy en concreto, el español) exijan de forma más enérgica al régimen castrista el respeto a los derechos humanos.
La disidencia se moviliza contra el régimen
EE UU pide la liberación de todos los presos políticos
Lula "lamenta profundamente" la muerte del opositor Zapata

"Las cárceles están llenas de demócratas pobres y negros", dice Montaner
El mismo día en que los analistas se aprestaban a evaluar en Miami los dos años de Raúl Castro en el poder y a conmemorar el aniversario del derribo de las avionetas de Hermanos al Rescate, el guión cambió bruscamente. "La muerte de Zapata es un crimen que nunca será olvidado, ni prescribirá jurídicamente en el futuro", declaró el congresista republicano Mario Díaz Balart. El régimen cubano, recuerdan en el exilio, había ignorado las gestiones a favor del preso que habían realizado en las semanas previas desde Hillary Clinton al Vaticano.
"La responsabilidad de la muerte de Zapata es de Raúl y Fidel Castro, porque ellos son los que determinan la vida y la muerte de los presos políticos", asegura Omar López, de la Fundación Nacional Cubano Americana. "Es una vergüenza que en el siglo XXI se permita que un Gobierno deje morir a un ser humano en esas condiciones sin que haya consecuencias".
Y las consecuencias pasan porque la comunidad internacional reaccione de forma enérgica. Díaz Balart cree que Barack Obama debe cesar en su política de acercamiento y concesiones unilaterales a Cuba. Pero las miradas del exilio se dirigen sobre todo a la UE, en el momento en el que España pretende poner fin a la llamada Posición Común, que condiciona cualquier acercamiento a la mejora en la situación de los derechos humanos.
"Esto debería convencer a la Cancillería española de que no continúe intentando desbaratar la Posición Común europea, que es uno de los pocos instrumentos de presión sobre la dictadura cubana", asegura el escritor y periodista Carlos Alberto Montaner. "Es inexplicable que, después de casos como éste, el ministro Miguel Ángel Moratinos continúe insistiendo en que hay síntomas leves de apertura en Cuba. No hay ninguno, nada que no sea la más obvia dictadura estalinista". Según Montaner, no sólo va a haber más denuncias internacionales, sino que se recrudecerá el problema racial: "Es evidente que ya existe con la población negra, más del 50% del total. Ya están los casos de Óscar Elías Bizet, el Mandela Cubano, o de Jorge Luis García, Antúnez, pero es que las cárceles están llenas de jóvenes demócratas que además son pobres y negros".
La postura de la diplomacia española se ha hecho insostenible, coincide Antonio José Ponte, subdirector del digital Diario de Cuba, en Madrid. "La muerte de Zapata puede ser el principio del fin, no del régimen, pero sí de la benevolencia de una parte de la opinión pública".
En el mismo sentido se pronuncia, desde Barcelona, el escritor Ernesto Hernández Busto, director del portal Penúltimos Días. "Espero que la muerte de Zapata despierte la conciencia sobre la situación de las cárceles cubanas. Podría pensarse que Orlando Zapata se ha sacrificado por un ideal. Pero hay detalles que te dan otra perspectiva, como el hecho de que este hombre sufrió torturas y malos tratos en la cárcel. En octubre pasado, sin ir más lejos, lo golpearon salvajemente. Y le aumentaron la pena de tres a 36 años por su rebeldía, porque quería ser tratado como un preso de conciencia".
Lo terrible, añade Hernández, es el contraste entre las violaciones de los derechos humanos "y la anuencia de los Gobiernos latinoamericanos y de España con un régimen que hace lo que le da la gana. No pueden entenderse esas visitas a la isla sin que medie una sola declaración expresa a favor de los presos políticos".

El dia de hoy y el entierro prohibido.

El cadáver del preso político Orlando Zapata Tamayo fue sepultado hoy en el este del país con un gran despliegue de seguridad, mientras los medios informativos de la isla, todos oficiales, siguen sin mencionar el caso y ocultan incluso lo que dijo Castro
Fuentes de la oposición relataron que el entierro ocurrió al amanecer en Banes, pueblo natal de Zapata, "bajo un verdadero estado de sitio" que rige allí desde el martes, cuando el disidente murió en un hospital de La Habana. El preso político falleció al cabo de una huelga de hambre de 85 días para exigir un trato digno de "prisionero de conciencia", estatus que le reconocía Amnistía Internacional (AI).No se conocen mayores detalles de lo ocurrido tras el sepelio en ese pueblo de la provincia oriental de Holguín, casi mil kilómetros al este de La Habana.Según el portavoz de la Comisión de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN), Elizardo Sánchez, Banes y los alrededores están "ocupados" por numerosos policías y agentes de la seguridad del Estado."Era como un pueblo tomado por el Ejército japonés en Filipinas", con todas las entradas de Banes y los lugares públicos muy controlados, apuntó.Fuentes opositoras vienen denunciado desde el miércoles las fuertes medidas de seguridad en Banes y otras poblaciones del oriente de la isla, y particularmente alrededor de la casa de Zapata, albañil de 37 años apresado en 2003. Según la CCDHRN, al menos 50 disidentes fueron detenidos en los últimos días o forzados a quedarse en sus casas para evitar su asistencia al velatorio y entierro.La oposición y la familia acusan de "asesinato" al gobierno que preside el general Raúl Castro y de haber retenido hasta después del mediodía del miércoles el cadáver de Zapata y de exigir a la madre, Reina Tamayo, que lo sepultara ese mismo día.Según Sánchez, la familia se sintió insultada, pidió la oportunidad de velar el cadáver y entonces, tras consultar a La Habana, los agentes de seguridad aceptaron finalmente atrasar el entierro, primero sólo unas pocas horas y finalmente hasta las siete de la mañana de hoy. Entre tanto, la prensa oficial cubana sigue sin informar de la muerte de Zapata y obvia incluso la declaración que hizo al respecto el general Castro cuando estaba el miércoles con su homólogo brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva. Castro afirmó que lamentaba el fallecimiento de Zapata, pero lo atribuyó a la confrontación de medio siglo con los Estados Unidos y dijo que en Cuba no se tortura, salvo en la base naval y prisión de Guantánamo, en respuestas a las denuncias que hizo la madre del fallecido."No hubo torturados, no hubo ejecución. Eso sucede en la base naval norteamericana de Guantánamo", dijo el mandatario cubano. No han publicado nada al respecto los dos diarios cubanos de circulación nacional, Granma y Juventud Rebelde, portavoces del gobernante Partido Comunista y de su rama juvenil, ni otros medios informativos estatales.El Ministerio de Relaciones Exteriores, en cambio, envió a los corresponsales extranjeros acreditados en La Habana un comunicado con las palabras del jefe de Estado.Ambos tabloides dedican hoy las portadas y páginas interiores a las entrevistas de Lula con el general Castro y su hermano mayor y antecesor, Fidel, primer secretario del Partido Comunista, con profusión de fotos y títulos como "fraternal encuentro" y "fructífero intercambio". Lula también lamentó "profundamente" la muerte de Tamayo, en términos genéricos y en declaraciones al paso a periodistas del séquito que lo acompaña en su gira por México, Cuba, Haití y El Salvador

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