sábado, 13 de febrero de 2010

Armas en manos privadas en Cuba - los que fuimos rebeldes las usabamos para la lucha contra las tiranias, "ahora se usan contra ladrones de malanga".



Cuba registra armas de fuego,
como cambian los tiempos y
las rebeldias de un pueblo.
En los campos de Cuba se encuentran cientos de armas reparadas o inventadas para proteger los cultivos de los ladrones, no para luchar contra los tiranos.

El Ministerio del Interior de Cuba ordenó el registro de todas las armas de fuego que están en manos de la población y dio para ello un plazo de dos meses, dentro del cual los ciudadanos deben llegar a registrarse a las unidades de la policía.
La medida es excepcional y solo se recuerda otra similar en los años 60, poco después del triunfo de la revolución. Momento en el cual muchas personas tenían armas en su poder, producto del conflicto militar recién finalizado.
En la actualidad el control de armas es bastante estricto, sin embargo, muchos retirados de las Fuerzas Armadas y sobre todo del Ministerio del Interior, conservan en sus casas un arma de fuego corta, la que usaron durante el servicio.
Además, en el campo algunas personas cuentan con armas para proteger sus cosechas y animales de los ladrones. Muchas de estas son escopetas viejas reparadas o directamente inventadas por improvisados armeros dedicados a ese menester.
El comunicado
El comunicado expresa que “los poseedores de armas de fuego, además de presentarlas junto con el documento acreditativo de su procedencia (solo en el proceso de inscripción), deber ser mayores de 18 años de edad y contar con conocimientos necesarios sobre su manejo y uso".
Se aclara además que "es imprescindible aprobar el examen médico sobre aptitud psicofísica en su policlínica de residencia, mantener una conducta acorde con las normas socialistas de convivencia social, tener condiciones de seguridad y protección para las armas, y pagar los impuestos".
Curiosamente también se cita a los extranjeros residentes con permiso para portar armas, con el fin de que lo renueven en las unidades policiales en las capitales provinciales y en el caso de La Habana a la Dirección General de la PNR.

Esta pistola fue regalada al militar retirado que la porta en reconocimiento por su labor.
Mientras que los escoltas, agentes de seguridad y protección, y los detectives deberán hacer el trámite cuando sean convocados directamente por el Ministerio del Interior, organismo del cual dependen, de una u otra forma, todos ellos.
Pocas armas de fuego
En Cuba el número de armas en manos de la población es bastante reducido incluso entre los delincuentes. Son realmente escasos los crímenes en los que se utilicen pistolas o revólveres, mucho más común resultan los cuchillos y machetes.
De todas formas, los delincuentes que tengan armas de fuego en su poder difícilmente acudirán a las dependencias policiales a declararlas. Así que la medida debe ir dirigida a otro sector de la población, los que las tienen de forma legal.
La mayor parte de estas armas de fuego particulares están en manos de los “guardias” retirados, es decir de militares y oficiales del Ministerio del Interior. También algunos altos cargos políticos tienen autorización para portarlas.
Un militar retirado, poseedor de una poderosa Colt calibre .45, dijo a BBC Mundo que muchas de estas armas fueron entregadas “como reconocimiento a los combatientes en el momento de su retiro” y aclaró que todas ellas ya están registradas.
Tradición
El propio Fidel Castro llevaba permanentemente armas –pistola y fusil de guerra- en su automóvil, algo que los periodistas pudimos observar cada vez que se abría la puerta de su vehículo y que quedó registrado en algunos documentales.
Fue justamente el ex presidente quien estableció la tradición de regalarles armas y relojes a los combatientes más destacados. En otras ocasiones se les permitió conservar el arma que utilizaron en misiones importantes, Sierra Maestra, América Latina o África.
Fue justamente el ex presidente (Fidel Castro) quien estableció la tradición de regalarles armas y relojes a los combatientes más destacados. En otras ocasiones se les permitió conservar el arma que utilizaron en misiones importantes, Sierra Maestra, América Latina o África.
Con el tiempo algunos militares se convirtieron en coleccionistas de armas, como reveló el juicio que se siguió en 1989 contra altos oficiales del Ministerio del Interior, los cuales guardaban en sus casas y oficinas un verdadero arsenal.
Entre las armas que se podrían querer localizar están las pistolas de los “guardias” fallecidos, incapacitados o que abandonaron el país. Además de las escopetas de los cazadores y campesinos que fueron regaladas, reparadas e inventadas.
Sin embargo, la medida parece sorprender a todos, dado el escaso número de armas de fuego en manos de la población y el mínimo impacto social de las mismas. Claro que si las estadísticas están cambiando es algo que solo la policía conoce.

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