Presidente mexicano felicita a Piñera por victoria en elecciones presidenciales de Chile
Piñera asegura que relación con Perú se mantendrá pese a demanda en La Haya
Piñera dará prioridad a lo comercial en su relación con América Latina
05:43 PM Santiago de Chile.- El presidente electo de Chile, el empresario derechista Sebastián Piñera, reconoció tener "profundas diferencias" con el manejo del presidente venezolano Hugo Chávez, aunque aseguró que buscará mantener durante su gobierno las mejores relaciones con este país. "Tengo muchas diferencias con la forma en que se están manejando los temas públicos en Venezuela", señaló en una rueda de prensa con periodistas de medios extranjeros, un día después de ganar el balotaje presidencial ante el oficialista Eduardo Frei. "Quiero decirlo con mucha claridad: esas diferencias son profundas y tienen que ver en cómo se concibe y practica la democracia, la forma como concibe el modelo de desarrollo económico y muchas más", señaló el mandatario electo, según reseñó AFP. Piñera no obstante señaló que cree en la "autodeterminación de los pueblos y la no intervención en asuntos de otros países, y en consecuencia vamos a buscar las mejores relaciones en beneficio mutuo con todos los países de América Latina, incluyendo a Venezuela". El empresario, que se impuso con un 51,6% de los votos, terminando con dos décadas de hegemonía de la Concertación Democrática, reconoció las diferencias ideológicas que lo separan del gobierno argentino de la presidenta Cristina Kirchner, pero dijo que esperaba que esto no fuera impedimento para mantener una buena relación bilateral. Piñera explicó que los conceptos de derecha e izquierda "han ido perdiendo vigencia", y que por esta razón con el gobierno argentino "hay diferencias, pero esas diferencias no van a significar ningún obstáculo en nuestro proceso de integración, al menos de nuestra parte". El mandatario electo dijo que aún no definía el destino de su primer viaje presidencial, que tradicionalmente tiene como destino Argentina, país con el cual Chile comparte una extensa frontera de más de 4.000 km. Sobre Perú, país con el cual Chile mantiene una demanda de límites en la Corte de Justicia de La Haya, señaló que esperaba que ésta no significara un freno para el avance de la relación bilateral.
Lunes 18 de Enero de 2010, Un triunfo holgado
Por David Gallagher Hemos tenido una jornada emocionante. Se ha dado un hito en la historia del país. A pesar de la intervención electoral, y a pesar de las leyes enviadas en los últimos días al Congreso, con una premura tan infantil que tiene que haber ultrajado el sentir republicano de la ciudadanía, Piñera ganó con holgura. Nos habían dicho que habría un "empate técnico". Lo dijo la Presidenta Bachelet, después de la publicación de una tardía encuesta. Un "estudio" hecho por La Moneda incluso indicaba que Frei ganaba por nariz. Tal vez fue mejor el suspenso que se dio: contribuyó a que el día fuera aún más memorable. Electoralmente, el más memorable desde el plebiscito.
La holgura del triunfo de Piñera es especialmente oportuna porque la rabia de algunos oficialistas frente a una inminente pérdida de poder empezó a ser alarmante. Ellos parecían creerse los cortesanos de una monarquía absoluta, con el derecho de ejercer el poder para siempre. Hacía falta que el pueblo hiciera ver que es suya, y sólo suya, la soberanía.
Con el triunfo de Piñera queda vindicada la forma magistral en que él ha reformulado la centroderecha chilena, para convertirla en una nueva mayoría política y cultural. A esa nueva mayoría ojalá se sumen, ahora, muchos más. Es lo que debería ocurrir, porque esta nueva mayoría nos convoca a todos, sin exclusión. No está constituida en contra de nadie. No necesita enemigos, no necesita un mundo ajeno a ella para nutrirse. Es una nueva mayoría de mirada universal, construida nada más que para lograr un país más próspero, más abierto y más libre. Ése es el gran logro de Piñera.
Su triunfo, además, rompe un mito, repetido al infinito, de que Chile es "un país de izquierda". Frei perdió por creérselo. Perdió por no entender que Chile no es ya ni de izquierda ni de derecha. No es encapsulable en categorías binarias, porque es un país heterogéneo, diverso, múltiple, de gente libre. Eso lo entendía la Concertación antes, con su arco iris, y por eso ganaba. Ahora es la Coalición por el Cambio la que lo entiende, gracias a Piñera y su estrella multicolor.
Desde que se anunció el resultado me han llamado amigos de otros países latinoamericanos, aliviados de que en Chile se dé alternancia. Nos ven como el referente a seguir, si la región ha de superar de una vez la pobreza y la demagogia. Por eso la jornada de ayer fue un hito en la historia no sólo de Chile, sino en la de América Latina entera.
El presidente electo de Chile critica al Gobierno de Hugo Chávez
"Tengo diferencias con la forma en que se están manejando los temas públicos en Venezuela (...) la manera en que se concibe la democracia, el modelo de desarrollo económico y muchas cosas más", señaló Sebastián Piñera
El empresario Sebastián Piñera, elegido ayer como presidente de Chile para los próximos cuatro años, criticó hoy al mandatario de Venezuela, Hugo Chávez, "por la forma en que practica la democracia y por el modelo económico" que aplica en su país."Yo tengo muchas diferencias con la forma en que se están manejando los temas públicos en Venezuela y quiero decirlo con mucha claridad", señaló en conferencia de prensa con los medios extranjeros el nuevo presidente electo de Chile.Piñera, quien ayer derrotó al senador democristiano Eduardo Frei poniendo fin así a dos décadas de gobiernos de la Concertación, explicó que las diferencias con Chávez "son profundas y tienen que ver con la forma en que se concibe y se practica la democracia, el modelo de desarrollo económico y muchas (cosas) más"."Pero yo también creo en la autodeterminación y en la no intervención en asuntos de otros pueblos", puntualizó."En consecuencia -agregó-, vamos a buscar las mejores relaciones en beneficio mutuo con todos los países de América Latina, incluyendo a Venezuela", precisó.Piñera, quien se definió como de "centro derecha", consideró que en América Latina actualmente hay "un verdadero renacimiento y bonanza de la democracia"."Prácticamente todos los países de América Latina, con excepción de Cuba, se reencontraron con su democracia en la década de los 80 o de los 90", recordó Piñera, quien aseveró que "dentro de la democracia hay opciones"."Yo puedo visualizar dos grandes caminos: uno es el que lideran países como Cuba, Venezuela, Nicaragua, Bolivia y tal vez otros, y otro es el que lideran países como México, Brasil, Colombia, Perú y Chile"a, explicó.El empresario triunfador de la elección presidencial chilena manifestó su opción por "la democracia con Estado de Derecho; la independencia entre los poderes ejecutivo, legislativo y judicial, el respeto a la libertad de expresión y de prensa, y el respeto a la alternancia en el poder"."Creo también en la economía social de mercado, que está basada en la iniciativa, el emprendimiento, la innovación de las personas, el funcionamiento correcto de los mercados, la integración y la apertura hacia al mundo", agregó.También enfatizó su apuesta por "la igualdad de oportunidades, una mayor justicia social y luchar con mayor eficacia contra la pobreza y las desigualdades excesivas que existen en muchos países"."Por supuesto, hay modos distintos que uno puede vislumbrar en América Latina, pero cada país tiene que escoger su propio camino. Chile escogió el suyo", apostilló.
Eje de derecha
Piñera, en cambio, elogió ante todo el modelo de Francia y a su presidente Nicolás Sarkozy, de quien se reconoció "gran admirador".
En su equipo de trabajo, en tanto, señalaron a BBC Mundo que el empresario devenido presidente electo es "un líder conocedor de lo que ocurre en Europa" y tiene en mente promover vías de integración al modo de la unión que rige en el viejo continente.
Pero, ¿qué hay de los vecinos?
Aunque prefiere considerar caducas las categorías de "la izquierda" y "la derecha" y se define como un "defensor de la democracia", Piñera se ciñe a un eje imaginario que uniría a su país con Colombia, México y Perú, con cuyos gobiernos tiene obvia afinidad ideológica.
Del mandatario colombiano, Álvaro Uribe, y de su par mexicano, Felipe Calderón, el presidente electo se dice amigo.
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