A días de asumir, el sismo obliga a Piñera a un nuevo plan de gobierno
http://www.clarin.com/diario/2010/03/07/um/m-02154267.htm
Inesperadamente, el presidente electo de Chile tuvo que abandonar sus promesas de campaña e improvisar soluciones de emergencia. Entre otras, podría apelar a la empresa nacional del cobre, que pensaba privatizar, o recortar subsidios.
Los ricos y la clase media, con menos penurias pero con escasez
Creen que el país podría sufrir un sismo como el de Chile
El hombre que tendrá que liderar la reconstrucción de Chile bailaba en la madrugada del sábado junto a la presidenta Bachelet y todos los conductores más famosos de la televisión chilena. Se le notaba que ya no podía mover los pies. Las arrugas de su cara de cabro (pibe) se le remarcaban por el trajín de la última semana. Sebastián Piñera, el presidente electo que asume el jueves, no podía excluirse de esta institución de la cultura chilena como es la Teletón. Una maratón televisiva de 24 horas (transmitida en cadena nacional) que se hace todos los años para recaudar fondos para hospitales y que esta vez tenía el objetivo de recolectar 15.000 millones de pesos (30 millones de dólares). "No se puede faltar a nada. Hay que estar en estas cosas y en las grandes negociaciones políticas", se justificó Piñera a la salida del teatro donde se realiza el evento cuando faltaba muy poco para que dieran las fatídicas 3:34 y se cumpliera una semana exacta desde que "el terremoto del Bicentenario" le cambiara la cara a Chile y el rumbo a este hombre agotado.
Pocas horas después, a las 9:30 del sábado recibía a los líderes de los partidos de la Concertación democristiana y socialista que gobernó en los últimos años y que ahora pasarán a la oposición. Todos trataron de poner cara de unidad. Pero sabían que esa posición es insostenible si quieren seguir teniendo puestos y electorado. Un ejemplo claro de todo esto lo vi el jueves en Talca. Allí en una olla popular de los sin casa de la calle 3 Sur, el dirigente socialista de base Miguel Ángel Hernández, acusaba al gobierno de inacción. ¿Pero si tu eres el gobierno? ¿No tendrías que esperar una semana más para pasar a la oposición?, le pregunté. "Somos oposición desde la derrota del 17 de enero", respondió.
A eso se enfrenta Piñera, el primer presidente de la derecha tras 20 años de centro-izquierda y 17 de dictadura militar apoyada profundamente por muchos de los que ahora lo acompañan, más allá de que él pasó a la oposición al pinochetismo muy temprano. "Habrá un resurgimiento sindical y protestas de los partidos orgánicos de la extrema izquierda. Pero mucho será del tipo insurreccional popular sin ninguna estructura ni social ni partidaria como lo que vimos durante los saqueos del terremoto", explica Joaquín Uribarría de la Universidad de Chile.
Piñera se vio obligado esta semana a cambiar las carpetas con las órdenes que le había entregado a sus ministros cuando los nombró para los primeros 100 días de gobierno. Entonces, el presidente electo decía que "la gran meta que nos hemos fijado es que Chile logre en un plazo de 8 años, en el 2018, ser el primer país de América latina que pueda decir que hemos derrotado el subdesarrollo". Una meta que ahora se le va a hacer muy difícil de cumplir.
La Concertación redujo en 20 años la indigencia y pobreza extrema de un 40% al 17%. Eso se puede ver claramente en la gente que camina en la calle y que se la ve mucho mejor alimentada y vestida que hace 15 años. Y en la enorme y magnífica estructura que transformaron a Santiago y el resto de las principales ciudades del interior. "Pero se olvidaron de muchos otros. Quedó la marginalidad. Los que estuvieron excluidos siempre. Son generaciones y generaciones de gente que nunca tuvo un trabajo fijo y que no completó ni siquiera los estudios primarios o lo hizo en forma ineficiente. Ahí hay al menos tres millones de personas a las que nunca les llegó nada de los avances que ven por la televisión", explica el sociólogo Jorge Burgos Parral.
El ingreso per cápita de los chilenos hoy es de unos 14.400 dólares anuales y Piñera está convencido de que con una reelección mediante tendría ocho años para elevar esa cifra a 24.000 dólares al año por cada chileno, que es la frontera para entrar en el desarrollo. Pero para esto se debería mantener un crecimiento sostenible del país en todo ese período del 6% anual. De acuerdo a los analistas, a causa del terremoto, este 2010 se podría alcanzar como máximo un 5%.
"Mi gobierno no será el del terremoto sino el de la reconstrucción", repite Piñera quien confía que el dinamismo de la construcción y el aporte estatal y privado a la reposición de infraestructura van a darle un empuje muy grande a la economía.
Pero tendrá que hacer frente a pérdidas por 30.000 millones de dólares. Cuenta para esto con dos fondos, primero el de Estabilización Económica de 11.200 millones de dólares que está para ser usado en estos casos, y otro de 6.000 millones que estaban destinados a dar becas a graduados universitarios que quisieran hacer doctorados en ciencias en el extranjero.
"Con ese dinero y algunas inversiones internacionales creo que en un período de 5 a 10 años Chile se recuperará totalmente. Pero el PBI será algo menor de lo que hubiese sido si la catástrofe no hubiera ocurrido", opinó el prestigioso economista Robert Pindyck, de la Sloan School del MIT.
También podrá echar mano a Codelco, la gran empresa del cobre que el año pasado facturó 5.000 millones de dólares. Durante la campaña Piñera habló de privatizarla. Al ser elegido dijo que se lo iba a pensar mejor. Ahora podría ser fundamental para gobernar.
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