Entre plumas y lentejuelas, "Tropicana"
cumple 70 años
LA HABANA -- Cuando el casino y cabaret Tropicana abrió en un jardín frondoso de La Habana el 30 de diciembre de 1939, la Segunda Guerra Mundial arrasaba Europa, "Lo que el viento se llevó" se acababa de estrenar en Estados Unidos y un joven rebelde de nombre Fidel Castro recién cumplía 13 años.
NOTA:
Aquella TROPICANA de los 1957 y 58's, fue una aventura inolvidable en la vida de los que la podiamos disfrutar, PLP apenas tambien cumplia los 18 a~nitos, llenos de vigor y juventud.
En aquella epoca no habia discriminacion en la isla por ser "cubano" como hoy, cuando llegar a entrar a TROPICANA es una tragedia para los ciudadanos de la isla que no son "turistas" y que no pagan con "fulas".
Me recuerdo que en las tardes de escuela cuando no habia practica del equipo de pelota en mi "High School" el Candler College, junto a mi compa~nero y amigo Alvarito Fox (quien era el sobrino de Martin Fox, administrador de TROPICANA) saliamos a pie hasta el cabaret a unas veinte cuadras del colegio, a esa hora se hacian los ensayos del show y por supuesto con Alvarito de guia no pasabamos ningun trabajo en entrar al salon "Bajo las Estrellas" donde se ensayaba, alli los meseros nos preparaban una mesa pegadita al escenario con mantel blanco y nos servian por cuenta de la casa cualquier bebida que quisieramos, por supuesto dadas las circunstancias y las lindas modelos que nos rodeaban casi siempre pediamos una botella de Champagne frances (Moet Chandon), con varias copas.
Alli conoci a los Papines , quienes eran el grupo de cueros de la orquesta de Antonio Maria Romeu su nieto Armandito Romeu tocaba la bateria y era socio nuestro, tremendo loco que era. Con los Papines aprendi a tocar la tumba y hasta el tambor bata.
De pronto sonaba la musica y salia Roderico Neyra, el gran coreografo RODNEY marcandole el paso a las monumentales modelos y a las rumberas flaquitas que meneaban la cola como una batidora. RODNEY sufria de una enfermedad no contagiosa (lepra) y sus manos estaban imposibilitadas,
pero sus pies y sus caderas le ense~naban a las ni~nas a donde tenian que ir al son de la musica cubana, les gritaba, se partia y se enojaba cuando no lo podian seguir las bailarinas y modelos.
Alli estaba Felo Bergaza tocando su piano magistral y escapandose del ensallo para libar una copa de champagne con los dos "muchachitos" parientes? del administrador, Felo era un homosexual abierto y cuando tambien se partia y volvia "loca" trataba de levantar a quien podia y en alguna ocasion hubo que advertirle "que no jodiera conmigo". Lo bueno era tambien que Felo nos traia a la mesa las muchachitas que acababan de entrar en el coro y que eran "fresquitas", asi conocimos a Gracielita, a Rosalia Fernandez y a la Pupi Garcia, unos monumentos que le sacaban el sudor a cualquiera, mujeres hermosas y divinas.
Los problemas ocurrian cuando algunas noches se aparecian mi padre y mi madre en el cabaret sin yo saberlo y me los encontraba en su mesa, tenia por lo menos que sentarme un ratito con ellos y alli comenzaba la tortura, las ni~as modelos pasaban bailando y casi todas me gi~naban un ojo y me tiraban un beso, mama me preguntaba que si yo las conocia y por supuesto yo mentia diciendo que el gui~no no era para mi. Un dia papa casi me mata cuando le dije que estaba pensando irme a vivir con la Rosalia, que era una copia perfecta de la artista de cine "Kim Novak".........., me recuerdo sus palabras: Me dijo, Pedro Luis tu estas muy joven y todavia tienes que jugar mucho al tennis para vivir con ninguna mujer y aunque Rosalia pueda ser una de las mujeres mas bellas del mundo, no estas preparado para darle el frente a la vida con una modelo de TROPICANA a cuestas. Que razon tenia el viejo.
Esta idea duro posiblemente una semana y yo segui saliendo con Rosalia pero de lejos a lejos, despues sali con unas cuantas mas y llego Fidel y puffff..... todo se jodio.
Un dia cerraron a TROPICANA, destruyeron el casino y todas las mesas y habiendo salido de Cuba en el 1960 no se cuando volvio a funcionar. Se esfumaron el champagne, la musica y el baile, las modelos y los amigos bohemios de aquellas tardes en el cabaret TROPICANA de La Habana.
Creo que todos aquellos personajes emigraron como yo y no supe mas de ellas y ellos.
Me case en New York unos meses despues en Enero del 1961 con mi querida novia, una de las ni~nas mas lindas de Cuba, una copia perfecta de la artista de cine "Grace Kelly".......... y se acabo la vida loca de solo jugar al tennis, a la pelota y en las tardes y noches gozar en el ambiente de mi adorada TROPICANA.
PLP
Mucho ha cambiado en estos 70 años, pero no el espectáculo del Tropicana, que ofrece -a quienes están dispuestos a pagar el precio del boleto- un atisbo a la Cuba prerrevolucionaria, aquel patio de travesuras de los estadounidenses donde casi todo era posible y legal.
El cabaret conmemoró su gran aniversario esta semana con su mezcla tradicional de encanto y kitsch, pecado y sensualidad, lentejuelas, plumas, bailarinas y ritmos tropicales: los ingredientes que lo han vuelto uno de los locales nocturnos más famosos del mundo.
Unas 850 personas, entre turistas, funcionarios del gobierno e invitados especiales, disfrutaron de tributos a leyendas como Nat King Cole y Rita Montaner durante una noche de gala que terminó en la madrugada del martes, al ritmo de salsa, son y hasta samba.
Hubo una gran orquesta, un contorsionista, un dúo de acróbatas en mallas ajustadas y una versión a capella del calipso "The Banana Boat Song".
Claro está, luego llegaron las bailarinas. En trajes de mariposas o ataviadas de toreras. Con arañas de luces -encendidas- en la cabeza. Con biquinis de lentejuelas doradas y plateadas.
Fue una noche como siempre han sido en el Tropicana, el autodenominado "paraíso bajo las estrellas".
"El Tropicana sigue siendo un local icónico conocido en todo el mundo", dijo María Elena López, viceministra de Turismo de Cuba, quien acudió el espectáculo. "Es uno de los destinos turísticos más importantes de Cuba y no tiene igual", agregó.
El cabaret atrajo a 200,000 visitantes en el 2008, el mejor año de su historia, según David Varela, su director desde el 2003. Este año, la crisis mundial y la gripe porcina conspiraron para desinflar ese número hasta unas 150,000 personas.
El Tropicana puede tener sentadas hasta 1,500 personas, aunque la capacidad normal es de unos 850 asistentes, que pagan 80 dólares por un espectáculo con cena incluida. Es, por mucho, la salida nocturna más cara de la ciudad. Los números comienzan a las 10 de la noche y siguen hasta tarde.
El productor de espectáculos Víctor de Correa fundó el Tropicana, pero éste se volvió famoso cuando se hicieron cargo de él los mafiosos Santo Trafficante Jr. y Meyer Lansky, que comenzaron a contratar grandes artistas y bailarinas de cabaret conocidas como las "Diosas de la carne". Así, llegaron al escenario Celia Cruz, Liberace, Carmen Miranda, Yma Sumac, Paul Robeson y Orfelia Fox.
En muchas de las noches los asistentes eran igualmente famosos, como Marlon Brando, Sammy Davis hijo, Greta Garbo y otros astros de Hollywood.
El Tropicana fue el lugar ideal para ver y ser visto. Hasta había un avión de la aerolínea Cubana que, con música en vivo y un bar, llevaba a clientes desde Miami cada noche para el espectáculo y los regresaba a la mañana siguiente.
Tras la revolución de 1959, al igual que otros casinos y hoteles famosos, el cabaret fue nacionalizado, al tiempo que muchos salones de apuestas, burdeles y locales de striptease fueron cerrados.
El Tropicana, sin embargo, sobrevivió, ya sin las apuestas pero con los trajes brillantes, mujeres voluptuosas y precios exorbitantes de siempre.
Los clientes solían ser extranjeros adinerados, aunque algunos cubanos lograban ingresar con un subsidio del gobierno como premio por destacarse en el trabajo, pero en el 2008 el presidente Raúl Castro suspendió esta práctica. El gobierno ya no puede permitírsela.
El cabaret conmemoró su gran aniversario esta semana con su mezcla tradicional de encanto y kitsch, pecado y sensualidad, lentejuelas, plumas, bailarinas y ritmos tropicales: los ingredientes que lo han vuelto uno de los locales nocturnos más famosos del mundo.
Unas 850 personas, entre turistas, funcionarios del gobierno e invitados especiales, disfrutaron de tributos a leyendas como Nat King Cole y Rita Montaner durante una noche de gala que terminó en la madrugada del martes, al ritmo de salsa, son y hasta samba.
Hubo una gran orquesta, un contorsionista, un dúo de acróbatas en mallas ajustadas y una versión a capella del calipso "The Banana Boat Song".
Claro está, luego llegaron las bailarinas. En trajes de mariposas o ataviadas de toreras. Con arañas de luces -encendidas- en la cabeza. Con biquinis de lentejuelas doradas y plateadas.
Fue una noche como siempre han sido en el Tropicana, el autodenominado "paraíso bajo las estrellas".
"El Tropicana sigue siendo un local icónico conocido en todo el mundo", dijo María Elena López, viceministra de Turismo de Cuba, quien acudió el espectáculo. "Es uno de los destinos turísticos más importantes de Cuba y no tiene igual", agregó.
El cabaret atrajo a 200,000 visitantes en el 2008, el mejor año de su historia, según David Varela, su director desde el 2003. Este año, la crisis mundial y la gripe porcina conspiraron para desinflar ese número hasta unas 150,000 personas.
El Tropicana puede tener sentadas hasta 1,500 personas, aunque la capacidad normal es de unos 850 asistentes, que pagan 80 dólares por un espectáculo con cena incluida. Es, por mucho, la salida nocturna más cara de la ciudad. Los números comienzan a las 10 de la noche y siguen hasta tarde.
El productor de espectáculos Víctor de Correa fundó el Tropicana, pero éste se volvió famoso cuando se hicieron cargo de él los mafiosos Santo Trafficante Jr. y Meyer Lansky, que comenzaron a contratar grandes artistas y bailarinas de cabaret conocidas como las "Diosas de la carne". Así, llegaron al escenario Celia Cruz, Liberace, Carmen Miranda, Yma Sumac, Paul Robeson y Orfelia Fox.
En muchas de las noches los asistentes eran igualmente famosos, como Marlon Brando, Sammy Davis hijo, Greta Garbo y otros astros de Hollywood.
El Tropicana fue el lugar ideal para ver y ser visto. Hasta había un avión de la aerolínea Cubana que, con música en vivo y un bar, llevaba a clientes desde Miami cada noche para el espectáculo y los regresaba a la mañana siguiente.
Tras la revolución de 1959, al igual que otros casinos y hoteles famosos, el cabaret fue nacionalizado, al tiempo que muchos salones de apuestas, burdeles y locales de striptease fueron cerrados.
El Tropicana, sin embargo, sobrevivió, ya sin las apuestas pero con los trajes brillantes, mujeres voluptuosas y precios exorbitantes de siempre.
Los clientes solían ser extranjeros adinerados, aunque algunos cubanos lograban ingresar con un subsidio del gobierno como premio por destacarse en el trabajo, pero en el 2008 el presidente Raúl Castro suspendió esta práctica. El gobierno ya no puede permitírsela.
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