Una diferencia entre
Argentina y Chile
en la cancha
Maradona vs Bielsa
Argentina corre el riesgo de no clasificarse para el Mundial de Sudáfrica y hará falta una calamidad para que Chile no vaya.
Los argentinos tienen el ánimo por el suelo, mientras que los chilenos no recuerdan una época en que se hayan sentido tan confiados.
Esto es lo más importante que está ocurriendo en el fútbol americano.
Los contrastes entre ambas realidades son muchos, pero uno de ellos es particularmente interesante: los respectivos equipos están dirigidos por técnicos argentinos con estilos muy diferentes.
En un pub londinense charlábamos de esto en un grupo de latinoamericanos (y algún español) de diferentes países.
El filósofo del grupo (no, no era Jorge Valdano) dijo que los argentinos, tanto en fútbol como en política, son voluntaristas, mientras que los chilenos son deterministas.
La explicación (interrumpida por las burlas de los demás) fue bastante confusa, de modo que, de vuelta en casa, consulté el diccionario. Copio las definiciones:
Voluntarismo
1. m. Teoría filosófica que da preeminencia a la voluntad sobre el entendimiento.2. m. Doctrina que, según el filósofo alemán Arthur Schopenhauer, sostiene el predominio de la voluntad en la sustancia y constitución del mundo.3. m. Doctrina teológica para la cual todo depende de la voluntad divina.4. m. Actitud que funda sus previsiones más en el deseo de que se cumplan que en las posibilidades reales.
Determinismo.
1. m. Teoría que supone que la evolución de los fenómenos naturales está completamente determinada por las condiciones iniciales.2. m. Fil. Sistema filosófico que subordina las determinaciones de la voluntad humana a la voluntad divina.3. m. Fil. Sistema que admite la influencia irresistible de los motivos.
Todos nos reímos mucho con las explicaciones del filósofo y con la réplica inevitable: "No vengas con sutilezas, lo que ocurre es que Maradona es un charlatán y Bielsa una persona seria".
Tan serio es Bielsa que los chilenos (que no se caracterizan por su admiración del carácter argentino) lo han elevado a los altares de la veneración pública: hasta puede dictar conferencias a los empresarios sobre estilos de conducción y liderazgo, que los medios difunden como si se tratara de un experto internacional de fama mundial.
(Bielsa no se hace ilusiones: les dice a los chilenos que un mal resultado disipará la admiración con la rapidez del rayo.)
Maradona, que no tiene experiencia como DT y cree que el diálogo es una conversación en que una persona habla y otra escucha, no tiene tiempo ni predisposición para la planificación meticulosa y el trabajo constante.
Su mayor problema es la sordera selectiva: sólo escucha a los aduladores. Cuando uno de sus verdaderos amigos, Jorge Valdano, señaló su falta de experiencia para el cargo de seleccionador, Maradona le hizo la cruz, por "traidor".
(Ahora lo ridiculiza, burlándose de una de las grandes virtudes de su compatriota, que es la claridad para pensar y expresar opiniones.)
Muchos argentinos creen que su único aporte a la conducción es calentar el vestuario, dar ánimo. Vamos, que sería mejor que se quedara en la tribuna, revoleando la camiseta o golpeando el bombo.
En realidad, si Argentina no va al mundial el culpable no será Maradona, así como tampoco será el salvador si se clasifica.
Los problemas del seleccionado argentino de fútbol se veían venir desde hace bastante tiempo, antes de que Maradona fuera ungido seleccionador, de modo que no se le debe echar toda la culpa.
El grupo perdió confianza o interés, algunos jugadores muy influyentes se retiraron (Ayala, Riquelme), el gran jugador del momento (Messi) no tiene el temperamento del Gran Capitán que al parecer necesitan los equipos argentinos (y otros también).
Los jugadores se han dado cuenta de que en esto de la conducción Maradona no se parece a Bielsa sino a ese emperador del cuento, que estaba en pelotas pero pretendía vestir ropajes magníficos.
El fútbol argentino le debe mucho a Maradona, pero Maradona le debe mucho más al público argentino.
Ahora están haciendo las cuentas. Como dijimos cuando fue elegido seleccionador, esta es la oportunidad ideal para que Maradona sea recordado como una persona de carne y hueso, no como un semidios.
Tal vez, para equilibrar, los argentinos necesiten anotar un débito grande como una casa en la cuenta de Diego Armando Maradona.
Argentina corre el riesgo de no clasificarse para el Mundial de Sudáfrica y hará falta una calamidad para que Chile no vaya.
Los argentinos tienen el ánimo por el suelo, mientras que los chilenos no recuerdan una época en que se hayan sentido tan confiados.
Esto es lo más importante que está ocurriendo en el fútbol americano.
Los contrastes entre ambas realidades son muchos, pero uno de ellos es particularmente interesante: los respectivos equipos están dirigidos por técnicos argentinos con estilos muy diferentes.
En un pub londinense charlábamos de esto en un grupo de latinoamericanos (y algún español) de diferentes países.
El filósofo del grupo (no, no era Jorge Valdano) dijo que los argentinos, tanto en fútbol como en política, son voluntaristas, mientras que los chilenos son deterministas.
La explicación (interrumpida por las burlas de los demás) fue bastante confusa, de modo que, de vuelta en casa, consulté el diccionario. Copio las definiciones:
Voluntarismo
1. m. Teoría filosófica que da preeminencia a la voluntad sobre el entendimiento.2. m. Doctrina que, según el filósofo alemán Arthur Schopenhauer, sostiene el predominio de la voluntad en la sustancia y constitución del mundo.3. m. Doctrina teológica para la cual todo depende de la voluntad divina.4. m. Actitud que funda sus previsiones más en el deseo de que se cumplan que en las posibilidades reales.
Determinismo.
1. m. Teoría que supone que la evolución de los fenómenos naturales está completamente determinada por las condiciones iniciales.2. m. Fil. Sistema filosófico que subordina las determinaciones de la voluntad humana a la voluntad divina.3. m. Fil. Sistema que admite la influencia irresistible de los motivos.
Todos nos reímos mucho con las explicaciones del filósofo y con la réplica inevitable: "No vengas con sutilezas, lo que ocurre es que Maradona es un charlatán y Bielsa una persona seria".
Tan serio es Bielsa que los chilenos (que no se caracterizan por su admiración del carácter argentino) lo han elevado a los altares de la veneración pública: hasta puede dictar conferencias a los empresarios sobre estilos de conducción y liderazgo, que los medios difunden como si se tratara de un experto internacional de fama mundial.
(Bielsa no se hace ilusiones: les dice a los chilenos que un mal resultado disipará la admiración con la rapidez del rayo.)
Maradona, que no tiene experiencia como DT y cree que el diálogo es una conversación en que una persona habla y otra escucha, no tiene tiempo ni predisposición para la planificación meticulosa y el trabajo constante.
Su mayor problema es la sordera selectiva: sólo escucha a los aduladores. Cuando uno de sus verdaderos amigos, Jorge Valdano, señaló su falta de experiencia para el cargo de seleccionador, Maradona le hizo la cruz, por "traidor".
(Ahora lo ridiculiza, burlándose de una de las grandes virtudes de su compatriota, que es la claridad para pensar y expresar opiniones.)
Muchos argentinos creen que su único aporte a la conducción es calentar el vestuario, dar ánimo. Vamos, que sería mejor que se quedara en la tribuna, revoleando la camiseta o golpeando el bombo.
En realidad, si Argentina no va al mundial el culpable no será Maradona, así como tampoco será el salvador si se clasifica.
Los problemas del seleccionado argentino de fútbol se veían venir desde hace bastante tiempo, antes de que Maradona fuera ungido seleccionador, de modo que no se le debe echar toda la culpa.
El grupo perdió confianza o interés, algunos jugadores muy influyentes se retiraron (Ayala, Riquelme), el gran jugador del momento (Messi) no tiene el temperamento del Gran Capitán que al parecer necesitan los equipos argentinos (y otros también).
Los jugadores se han dado cuenta de que en esto de la conducción Maradona no se parece a Bielsa sino a ese emperador del cuento, que estaba en pelotas pero pretendía vestir ropajes magníficos.
El fútbol argentino le debe mucho a Maradona, pero Maradona le debe mucho más al público argentino.
Ahora están haciendo las cuentas. Como dijimos cuando fue elegido seleccionador, esta es la oportunidad ideal para que Maradona sea recordado como una persona de carne y hueso, no como un semidios.
Tal vez, para equilibrar, los argentinos necesiten anotar un débito grande como una casa en la cuenta de Diego Armando Maradona.
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