jueves, 10 de septiembre de 2009

DE LA EDITORIAL DEL GRAFICO


11 de Septiembre de 2009 00:58

En El Gráfico:


Tras la derrota que sacó a la Selección de la clasificación directa para el Mundial, Maradona arremetió contra los periodistas. Siempre la paja en el ojo ajeno...

"Desde los 15 años que lucho contra ustedes y tengo 48 así que no me van a doblegar. Conozco a los panqueques (sic) que también se dieron vuelta en el 86 cuando a Ezeiza no nos fue a despedir nadie y cuando volvimos eramos héroes. Estoy seguro que cuando nos clasifiquemos para Sudáfrica los comentarios van a ser diferentes. Por eso estoy muy tranquilo".Hacía minutos que la Argentina había perdido con Paraguay y por primera vez en esta Eliminatoria quedaba en zona de repechaje. Pero el técnico en lugar de analizar los cómo y los por qué volvía a elegir el camino de la confrontación con los periodistas. Justo él que en el balance de su vida deportiva tiene enciclopedias enteras de elogios contra apenas algún insert de críticas por parte nuestra. Ocurre que en una situación límite como ésta, es más fácil mirar la paja en el ojo ajeno e ignorar la viga en el propio.Que manejar grupos no es fácil lo sabe cualquiera que haya tenido que asumir esa responsabilidad, en el fútbol o en cualquier actividad. Siempre el que está a cargo es esto o lo otro visto desde el prisma de quienes están debajo o afuera. El tema es cuando esos mismos que están debajo o afuera tienen que asumir, por azar o por imperio de las circunstancias, el rol de conductores. Eso es lo que le está pasando ahora a Maradona con el equipo nacional, cada vez menos equipo por otra parte. Por supuesto que criticar es más facil que aportar soluciones, pero en este caso los periodistas no formamos grupos y no armamos equipos. Nuestra función es opinar, analizar, discutir, por supuesto dentro del debido respeto. Y que quede claro, por las dudas, somos los primeros en querer que a Maradona le vaya bien con la Selección y que Sudáfrica 2010 sea una realidad a medidados de octubre y no haya que esperar un mes más para la loteria de dos partidos de repechaje. Pero no es menos cierto que este conjunto de voluntades dispersas no ha dado hasta ahora elementos válidos para mirar el futuro con optimismo.Y Diego sabe mejor que nadie que el panorama no es alentador, pero fiel a su personalidad expuesta como jugador-crack, también comprende que el fútbol siempre da revancha. Ahora, ya contra las cuerdas, su equipo, nuestro equipo, tiene que parar la pelota y jugar sin egoísmos y sin rencores de unos contra otros. Faltan dos partidos, acaso cuatro, pero la Selección debe fijarse la meta de la clasificación. Dejar de lado las confrontaciones estériles y pegarle para adelante. Entonces sí, celebraremos, como periodistas, no como panqueques, el viaje a Sudáfrica.

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