domingo, 8 de noviembre de 2009

VENEZUELA COMO CUBA - EL PUEBLO SIN AGUA Y SIN LUZ.

http://www.youtube.com/watch?v=rHReyflqSUo&feature=related

Los éxitos de la revolución bolivariana
Por Juan Larraín*


Desde hace algún tiempo, se vislumbraban los problemas que empezaba a experimentar el proyecto socialista de Chávez. Todo indicaba la existencia de profundas grietas en su estructura, que las bufonadas de este charlatán ya no lograban cubrir ante la opinión pública nacional y extranjera.

Así es como hoy, el sufrido pueblo venezolano debe soportar la escasez de dos elementos esenciales en la vida diaria: el agua y la electricidad. En efecto, la carencia de mantenimiento de las actuales instalaciones nacionalizadas de estos servicios esenciales, así como la falta de inversión para adecuarlas a la demanda, han producido el problema que se vive en Venezuela, un país en el que paradojalmente abunda la energía y sobran los recursos. Este es el resultado lógico de las políticas erradas que ha impulsado el régimen chavista y que seguramente causarán nuevos padecimientos a la población.
La respuesta de Chávez a esta situación no se ha hecho esperar. Según él, los venezolanos profesan una cultura de desperdicio que ha disparado la demanda y es la causante de la crisis. Por tanto, él ha determinado que la ducha no puede sobrepasar los tres minutos: uno para mojarse, el otro para jabonarse y el tercero para enjuagarse. Asimismo, este orate dispone que si alguien necesita ir al baño en medio de la noche, debe utilizar una linterna en lugar de encender la luz, para ahorrar de este modo energía. Sólo falta que imponga el uso de velas para alumbrarse y de leña para cocinar los alimentos y calentar el agua de la ducha, que no debiera preocuparle tanto pues es muy probable que la escasez de ésta la vuelva imposible.
Al mismo tiempo, Chávez ha amenazado con multar el excesivo consumo, tanto de las personas como de las empresas, las que serán objeto de sorpresivas inspecciones para verificar que no desperdician electricidad. Desgraciadamente para él, los venezolanos ya no comulgan con sus embustes y recientes encuestas independientes de opinión revelan que la popularidad de este aprendiz de dictador disminuye rápidamente, lo que no sorprende pues la descompostura del socialismo bolivariano es inocultable.
En esta encrucijada, Chávez tiene dos opciones para escoger: revertir las políticas que tienen al país al borde de la bancarrota o “profundizar” la revolución culpando del desastre al imperio, los pitiyanquis y la oligarquía criolla, entre otros. Lamentablemente para los venezolanos, es casi seguro que escogerá la segunda alternativa y el país se aproximará aún más a la autocracia socialista que desea imponer, inspirada obviamente en el “exitoso” modelo castrista que él tanto admira.
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*El autor es profesor de la Universidad de Miami y ex Embajador de Chile en la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

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