jueves, 12 de noviembre de 2009

LA GUERRA FALSA DE HUGO CHAVEZ - VISION DESDE COLOMBIA


'Prepárense para la guerra'
Hugo Chávez, presidente de Venezuela.

Las relaciones entre Colombia y Venezuela tienen una larga historia de incidentes y tensiones. La delimitación marítima del golfo de Venezuela -aún pendiente- estuvo varias veces a punto de generar un enfrentamiento armado, y durante años las 'hipótesis de guerra' que utilizaron los ejércitos de ambos países para entrenar a sus soldados tuvieron como blanco virtual al país vecino. Sin embargo, nunca las dos naciones habían estado tan cerca de una confrontación. Lo que Hugo Chávez les dijo a sus generales en su programa Aló, Presidente el domingo pasado, "¡Prepárense para la guerra!", nunca había sido pronunciada en público por algún mandatario de Venezuela o de Colombia.
La crisis en la relación bilateral ha llegado muy hondo. La palabra guerra en boca de Chávez es el último eslabón de una larga cadena de incidentes en la frontera, el cierre del paso en algunos de sus lugares más dinámicos, y el anuncio de la movilización de 15.000 miembros de la Guardia Nacional. Más en el fondo, Uribe y Chávez se han convertido en símbolos de dos grandes tendencias políticas que dividen a América Latina. La frontera colombo-venezolana se ha convertido en el muro de Berlín de una Guerra Fría ideológica, y ambos países han fortalecido su capacidad de operación militar: Colombia, con el acuerdo de cooperación con Estados Unidos, y Venezuela, con la compra de armamentos a Rusia. En cambio, en el campo diplomático la comunicación entre los gobiernos es casi nula y los instrumentos construidos durante años para tratar los temas de la relación están desactivados.
El discurso de Chávez encendió alarmas en varias latitudes. El gobierno de Uribe, mediante un comunicado, solicitó la participación de la ONU y de la OEA. El presidente de Brasil, 'Lula' da Silva, expresó su disposición a propiciar un encuentro entre los dos mandatarios el 26 de noviembre, en la cumbre del Tratado de Cooperación Amazónica que se llevará a cabo en Manaos. El secretario de la OEA hizo un llamado a la utilización de medios diplomáticos, y Estados Unidos, Perú y España se pronunciaron en sentido semejante.
El miércoles en la mañana Chávez afirmó que el sentido de su discurso era el de hacer un llamado para "mejorar la defensa de Venezuela". Un día antes el Congreso de Brasil decidió postergar la votación sobre el ingreso de ese país a Mercosur, y el vocero del Departamento de Estado de Estados Unidos se pronunció a favor de que el caso sea tratado por la OEA. En Colombia las palabras de Chávez fueron interpretadas como un 'reversazo', y el propio Uribe les comentó a un grupo de congresistas de La U que ahora había "un clima de mayor seguridad". Sin embargo, las subidas y bajadas han sido una tendencia de los últimos años que para nada han significado una mejora de la relación.
La pregunta que ronda es qué tan posible sería una guerra entre Colombia y Venezuela. ¿Se volvió viable un escenario que hasta hace poco era impensable? Según las encuestas a lado y lado de la frontera, la opinión pública en los dos países rechaza esa opción y en Colombia esa mayoría llega a un 79,3 por ciento. (Ver Opinómetro). Pero analistas consideran que la 'frontera caliente', la propensión a incidentes y la mala relación entre las capitales es un caldo de cultivo perfecto para que cualquier mecha produzca una escaramuza. Así lo plantea Armando Borrero, experto en temas de seguridad, en un artículo para esta edición.
Las hipótesis más pesimistas se basan en que los dos presidentes enfrentan difíciles situaciones internas y que mediante el conflicto externo buscan distraer a la opinión pública, despertar sentimientos nacionalistas y generar solidaridad en torno a los gobiernos. En el caso de Chávez, la situación económica se ha deteriorado (ver artículo de Andrés Mejía) en forma significativa, y su popularidad ha descendido por debajo del 30 por ciento. Uribe, por su parte, enfrenta según la última encuesta Invamer-Gallup un escenario de caída en la imagen, inconformidad por el escándalo de AIS, malestar por las consecuencias de la crisis económica y una percepción mayoritaria -61 por ciento- de que las cosas están empeorando. La tesis de la 'cortina de humo', sin embargo, es solo un determinante de la crisis actual y es más acertada para Chávez que para Uribe.
A pesar de todo, Uribe mantiene el apoyo de los electores y si el referendo pasa tiene casi asegurada su victoria electoral. Chávez, en cambio, está pagando el precio de abanderar una campaña para que su sociedad -una de las más consumistas del mundo- se bañe con totuma y ahorre agua y energía.
La tensión colombo-venezolana se explica también por la forma como cada gobierno percibe su papel ante la comunidad internacional y para defender su modelo político.
Chávez busca una proyección externa de la revolución bolivariana, y el conflicto con Colombia cohesiona a sus aliados y los alinea contra el 'imperio' estadounidense. Uribe, mediante el acuerdo bilateral de cooperación militar, consolida la fortaleza del Estado para mantener la "seguridad democrática".
El ex embajador de Estados Unidos en Caracas, John Maisto, dijo alguna vez que a Chávez hay que tomarlo "por lo que hace y no por lo que dice". Es decir, que habla mucho y a la hora de la verdad no lleva sus amenazas a los hechos. Hasta ahora, en sus casi 11 años de gobierno, ha demostrado que la 'doctrina Maisto' tiene mucho de razón. A Estados Unidos le ha dicho de todo en los tiempos de Bush como en los de Obama, pero conserva intactos su comercio y sus relaciones diplomáticas. Con Colombia ha habido momentos de tensión y de abrazos, pero no ha llegado al extremo al que llegó Ecuador de romper los lazos formales.El momento actual, sin embargo, es más peligroso que todos los anteriores por la gravedad de los temas conflictivos, y porque no hay a la vista mecanismos evidentes ni fáciles de solución. Chávez se ha radicalizado y atraviesa por un momento crítico. Una guerra no es inminente pero parece más cercana que nunca. En cambio, la guerra fría -conflicto, tirantez, agresiones verbales, incidentes repetidos- es un escenario que no será superable en mucho tiempo.

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