sábado, 28 de noviembre de 2009

ES KARL MARX EL RESPONSABLE DEL FRACASO DE LA ECONOMIA CUBANA? - CONFESIONES DESPUES DE 50 A~NOS?


Modelo y Bienestar


"La única forma de elevar el nivel de vida de la población es produciendo más, aprovechando más la jornada laboral, desinflando las plantillas, aprovechando con eficiencia la implantación del multioficio y sobre todo eliminando de raíz el burocratismo".


Antes de que comiencen los acalorados debates típicos de este blog, voy a aclarar que esa frase no fue escrita por mí sino por un lector del periódico Granma y publicada en la sección Cartas a la Dirección, el pasado viernes 13 de noviembre.
Podría parecer una queja ciudadana más pero toca dos temas medulares del atascamiento económico del país: el burocratismo y las plantillas infladas. Ambos acompañan al modelo cubano desde que se empezó a implantar a fines de los años 60.
Curiosamente estos problemas podrían tener la misma raíz: el intento del Estado de controlarlo todo. En Cuba la propuesta de Karl Marx de nacionalizar "los medios fundamentales de producción" se llevó al extremo de estatizar a los vendedores callejeros.
Imaginemos por un momento el aparato de control que hace falta para darle seguimiento al trabajo de un vendedor de "granizado" (hielo con sabor). Hay que construir los carritos que empujan por las calles, darles mantenimiento y producir los diferentes sabores.
Cada día se les debe abastecer de hielo y en el momento en que se les acaban los sabores es necesario reponérselos. Tiene que existir también una sección de contables para recoger el dinero de las ventas y después pagarles un salario mensual.
Reproduzcamos eso a los que venden fritas en las calles, los limpiabotas, los barberos, bodegueros, relojeros, parqueadores, etc. Comprobarán que con ese grado de estatización es imprescindible un aparato burocrático gigantesco.
Además hay que crear cuerpos de inspectores que controlen al parqueador para que no se apropie de los US$0,05 que recibe por cuidar un automóvil. Y otros inspectores para vigilar que el bodeguero no "corrompa" al primer inspector. Kafka no lo hubiera hecho mejor.
La carta a Granma agrega que "todos serían más beneficiosos produciendo algo, haciendo algo que se pueda usar para el bienestar de la población, hacer una camisa, tejer un par de medias, criar patos, pollos, carneros, construir un mueble o hacer un colchón".
El lector en su carta advierte que "si los centros continúan llenos de trabajadores improductivos sólo lograremos una inflación, mucho más dañina". La pregunta clave es como despedir al personal excedente sin pagar el costo social de la desocupación.
Una forma de desinflar plantillas y reducir burocracia podría ser a través del trabajo por cuenta propia pero eso implicaría cambios económicos. Un proceso que terminaría dejando en manos del Estado sólo "los medios fundamentales de producción".
Incluso los más ortodoxos podrían dormir tranquilos, el modelo no sería "capitalista" sino mucho más "marxista" de lo que ha sido hasta ahora. Se dio un primer paso al repartir las tierras ociosas entre los campesinos y el cambio se revirtió en un salto de la productividad.
Ahora anuncian el posible cierre de fábricas y talleres para ahorrar energía. La medida no me extraña, he estado en empresas con alto consumo de electricidad que apenas producen nada y en talleres que desde hace años no reciben insumos.
Cualquiera que viva en Cuba conoce que ya la mayoría de los servicios están en manos privadas, mecánicos, plomeros, albañiles, carpinteros, chapistas, pintores, etc. Son los huecos que la sociedad le ha abierto al modelo para poder "respirar".
Otro lector -militante comunista- propone ampliar esto creando "pequeñas cooperativas con los trabajadores de cafeterías, restaurantes, tiendas de artículos industriales", algo que a su juicio hay que hacer aunque implique "cambiar leyes" y conceptos.
Los economistas cubanos saben que aumentar la productividad, desinflar plantillas y reducir la burocracia resulta esencial para campear la crisis. Pero la única forma de hacerlo es cambiando el modelo económico y eso es una decisión política.
Sin embargo, son las mismas bases del Partido Comunista las que comienzan a apremiar al gobierno para que acelere el paso. Es uno de sus militantes quien escribe que "no se puede esperar al Congreso del Partido para institucionalizar todos los cambios".
Otro de los lectores termina su carta con una frase que muchos cubanos respaldarían y que puede ser una buena guía para quienes gobiernan el país: "Toda idea que se ponga en ejecución, en pos de elevar el bienestar de la población es genial".

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