sábado, 22 de agosto de 2009

PIRATAS SOCIALISTAS DEL SIGLO XXI













La misteriosa odisea
del 'Arctic Sea'
de vuelta a la guerra fria?
Una presunta escala en el enclave ruso de Kaliningrado alimenta las sospechas de que el buque cargaba armas
#3
La Unión Europea cree que Israel secuestró el Arctic Sea
Un alto funcionario sostuvo que los servicios secretos israelíes habrían "secuestrado" el barco al descubrir que llevaba un cargamento de misiles vendidos a Irán. Rusia defiende la versión oficial: que el Artic Sea llevaba madera a Argelia.
Bruselas
Un alfo funcionario de la Unión Europea considera que los servicios secretos israelíes -el Mosad- secuestraron el barco ruso Arctic Sea al descubrir que llevaba un cargamento de misiles tierra-aire S-300 vendidos a Irán por una mafia de militares rusos. Así, Israel habría asaltado el barco para después avisar a Moscú y que fuera el gobierno ruso el encargado de organizar la operación de rescate del barco. Según la teoría, Moscú, para parar la historia, habría denunciado un supuesto secuestro en aguas suecas. Los países europeos cuyas aguas territoriales atravesó el barco antes de ser detenido por la Armada rusa habrían participado en el juego sin detenerlo, esperando a que lo hiciera Moscú. Esa es la versión que da el almirante estonio Tarmo Kouts, relator de la Unión Europea para asuntos de piratería. En una entrevista con la revista "Time", Kouts aseguró que las diferentes teorías, algunas muy poco creíbles, son al contrario, "mucho más creíbles que la versión oficial". Esta versión de los hechos ya fue develada por el diario ruso "Novaya Gazeta". El embajador ruso ante la OTAN, Dimitri Rogozin, dijo que lo mejor que podría hacer Kouts sería "mantener la boca cerrada". Kouts considera que "sólo un cargamento de armas podría explicar el comportamiento de alto secretismo de Rusia desde que se produjo el secuestro". El diario israelí "Yediot Ajronot", relataba que "piratas enviados por el Mosad se apoderaron en alta mar del Arctic Sea".
Moscú sigue defendiendo su versión oficial de los hechos, según la cual, el Arctic Sea zarpó el 22 de julio de Finlandia con un cargamento de madera destinado a Argelia. El buque fue asaltado el 24 de julio por piratas que vestían ropas de la Policía sueca y llevado a la fuerza hasta Cabo Verde, donde fue recuperado por navíos de la Armada rusa. Moscú detuvo a ocho presuntos secuestradores y los llevó a Moscú, donde la Fiscalía ya les imputó cargos de piratería y secuestro. El día después de la detención del barco, el presidente israelí, Simon Peres, se reunió en Moscú con su homólogo ruso Dimitri Medvedev.
Según Peres, "Israel tiene pruebas concretas de que armamento ruso es entregado por Irán y por Siria a organizaciones terroristas tales como Hamás y Hezbollá".
# 2
El caso del 'Arctic Sea' se enturbia
El periodista que denunció la desaparición del navío huye amenazado de Rusia - Crece la hipótesis de que el Mosad capturó el barco porque llevaba armas a Irán
Moscú - 04/09/2009
La historia del navío ruso Arctic Sea es cada vez más rocambolesca. El periodista Mijaíl Voitenko, editor de una revista del sector marítimo, ha abandonado Rusia con rumbo a Turquía por haber recibido, según denuncia, amenazas de muerte. Voitenko fue quien desveló la misteriosa desaparición del buque en las aguas del Atlántico -estuvo 'perdido' desde el 24 de julio hasta el 16 de agosto- y uno de los primeros periodistas que dijo que el navío, que oficialmente transportaba madera por valor de 1,3 millones de euros de Finlandia a Argelia, llevaba armas.

Poco después de que Moscú hallara el buque, Simon Peres visitó a Medvédev
Mijaíl Voitenko, el primero en hablar del caso, está oculto en Turquía
"Mientras esté fuera de Rusia me siento seguro. Al menos ellos no podrán llevarme de vuelta y encerrarme", dijo Voitenko en conversación telefónica desde Estambul. El redactor jefe del boletín marítimo Sovfrakht ha explicado que las personas que están implicadas en el turbio asunto del navío están enfadadas con él porque ha hablado del tema del contrabando públicamente. Cree que las amenazas contra él proceden del servicio secreto ruso.
La tesis de que el Arctic Sea llevaba armas se ha visto reforzada en los últimos días a medida que ha cobrado fuerza la especulación de que el secuestro no fue obra de piratas comunes sino una operación del servicio secreto israelí, el Mosad. Se ha publicado que los israelíes asaltaron el barco para impedir que el cargamento de armas llegara a Irán.
La primera persona que apuntó a la posibilidad del tráfico de armas en este caso fue la periodista y novelista Yulia Latínina, en un artículo publicado en la revista quincenal Nóvya Gazeta. Decía en aquella ocasión: "Supongamos que el Arctic Sea llevaba armamento o material nuclear, algo producido en Rusia y destinado a nuestros pacíficos aliados como Siria o Irán En ese caso, el más probable interceptor del navío es Israel, y la historia del secuestro de los piratas del 'pacífico carguero' nos recuerda la del bombardeo israelí de 'un par de edificios abandonados' en el desierto sirio hace unos dos años".
Recientemente, el almirante Tarmo Kouts, relator de la Unión Europea sobre piratería y ex comandante de las Fuerzas Armadas de Estonia, también cree que el Arctic Sea "fue interceptado por agentes al servicio de Israel".
Lo más curioso es que Rusia parece no estar en contra de que se divulgue esta versión. Al menos Komosomólskaya Pravda, diario muy popular y que no hace nada que pueda irritar al Kremlin, publicaba la semana pasada una entrevista con un presunto capitán de navío, adscrito al Estado Mayor de la Armada y supuesto participante en las búsquedas del Arctic Sea, de la que se desprendía que este barco llevaba armas y que posiblemente los piratas estuvieran al servicio de Mosad. Cuando el periodista le preguntó si el buque transportaba, además de madera, drogas o armas, el anónimo capitán responde que "la versión de las drogas fue desechada desde el comienzo de la investigación". "¿Quedan las armas?", se interesa el reportero. "Sí, armamento", respondió el marino.
Komsomólsakya Pravda supone que podrían ser sofisticados lanzamisiles S-300, pero el capitán le explica que eso sería imposible de ocultar en el carguero. Ahora bien, "podrían ser misiles para las lanzaderas S-300, bombas 'inteligentes' o misiles de otro tipo, por ejemplo X-55", señalaba el oficial. Lo que no explicaba el capitán es para qué querría Irán misiles para unas lanzaderas que no tiene. ¿O es que los ayatolás ya poseen este sofisticado armamento?
Hace dos días, Yediot Ajronot, el periódico de mayor difusión en Israel, daba en portada la noticia de que "piratas enviados por Mosad se apoderaron en alta mar del Arctic Sea". A favor de esta versión hablaría, según sus partidarios, la visita que el presidente Simon Peres realizó en Sochi a su homólogo Dmitri Medvédev inmediatamente después de que el Arctic Sea fuera hallado y abordado por los buques de la Armada rusa.
El capitán entrevistado por Komsomólskaya Pravda asegura que Rusia le pidió a la OTAN y a los países europeos que no intervinieran en el asunto del Arctic Sea. Pero nadie es capaz de explica por qué Europa supuestamente encubrió un contrabando de armas destinado a un país como Irán, contra el que hay sanciones internacionales. Porque lo que sí está claro, es que Europa se hizo a un lado y dejó todo en manos de los rusos.
#1
- Moscú / Madrid - 23/08/2009
Los Rusos continuan con la ilegalidad, no aceptan haber perdido la guerra fria, apoyan gobiernos
ilegales como el de Iran. Producen y contrabandean armas para los Chavez del mundo y en este caso los agarraron infraganti.
El Arctic Sea navega ya en aguas tranquilas. Su tripulación de marineros rusos está a salvo y sus ocho presuntos secuestradores se hallan desde el jueves detrás de las rejas de la tristemente famosa cárcel moscovita de Lefórtovo, gestionada antaño por el KGB y ahora por sus herederos. Sin embargo, el misterio que rodea el carguero supuestamente secuestrado el 24 de julio en el mar Báltico, desaparecido de los radares el día 29 frente a las costas francesas y rescatado por la Armada rusa el pasado lunes cerca de Cabo Verde, es ahora más sombrío que nunca. Varias y graves incongruencias entre los hechos y las explicaciones del Kremlin alimentan la sospecha de que el buque transportaba una carga de contrabando muy sensible, probablemente armamento.

Los expertos desechan la versión de secuestro, que ha difundido Rusia
La versión oficial rusa -ocho hombres se apoderaron del Arctic Sea frente a las costas suecas y lo dirigieron hasta el Atlántico- hace agua por todas partes, según señalan analistas del sector. Los expertos coinciden en calificar de inverosímil la hipótesis de un secuestro perpetrado en aguas bálticas (de las más concurridas y vigiladas de Europa), para hacerse además con un barco que oficialmente llevaba una carga de madera cuyo valor no pasaba de 1,3 millones de euros. Se trataría del primer secuestro en esa zona desde el siglo XVII.
Asimismo, sorprende la vigorosísima reacción del Kremlin ante la desaparición de un barco propiedad de una compañía finlandesa y que navega bajo bandera maltesa. El presidente ruso, Dmitri Medvédev, ordenó el 11 de agosto a su ministro de Defensa "tomar todas las medidas necesarias" para rescatar al Arctic Sea. Éstas incluyeron nada menos que el envío de varios buques y aviones de guerra.
¿Qué indujo a Medvédev a dar esa orden? ¿Por qué para trasladar a 11 tripulantes y ocho presuntos secuestradores desde Cabo Verde a Rusia hicieron falta tres aviones militares de transporte Il-76, con una capacidad de carga de 40 toneladas?
La respuesta quizá se encuentre en Kaliningrado, el enclave ruso a orillas del Báltico.
Yulia Latínina, comentarista de Nóvaya Gazeta, cree que en ese puerto, donde el carguero atracó supuestamente en julio para algunas "reparaciones", los contrabandistas cargaron el armamento que con toda probabilidad estaba destinado a países que ella califica irónicamente de "pacíficos aliados", como "Siria o Irán".
Mijaíl Voitenko, director de la página web Boletín Marítimo ruso y el primer hombre en lanzar las alarmas sobre el destino del Arctic Sea, también sostiene que el buque recogió su "peligrosa" carga oculta en Kaliningrado, antes de zarpar hacia Finlandia para recoger la madera que debía entregar en Argelia. La parada del buque en el enclave ha sido señalada por otros analistas y confirmada por un funcionario del puerto ruso a la prensa finlandesa el 8 de agosto.
Paul Holtom, director del Departamento de Comercio de Armas del Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo, destaca las preocupantes características del enclave. "Es una importante base militar y el epicentro de un florido contrabando de drogas y armas", dice en una conversación telefónica. "Por allí pululan ex oficiales de la Armada rusa que mantienen una notable capacidad de acceso a la estructura militar local. Tenemos en nuestros archivos varios casos de tráfico de armas salidas de allí", prosigue Holtom, que vivió en el enclave.
En Kaliningrado tienen base dos submarinos, cinco navíos de guerra, 32 barcos antiminas y de patrulla y 63 aviones militares, con el armamento correspondiente. Un cargamento oculto de armas sí justificaría el gran despliegue militar ruso y los retrasos de Moscú en informar del caso.
¿Supo el Kremlin de qué se trataba desde un principio? ¿O uno de los varios servicios secretos rusos se enteró del asunto cuando el Arctic Sea ya había zarpado y avisó a Medvédev de urgencia, quizá para ponerle la zancadilla a otro servicio ruso implicado en el asunto?
Las incógnitas sobre los actores son muchas, pero lo significativo es que Moscú decidiera facilitar información falsa sobre el caso. La autoridad marítima de Malta informó el martes de que en realidad el Arctic Sea "nunca desapareció", y que hubo consenso entre las autoridades de varios países para no divulgar información que pusiera en peligro la operación de rescate.
Operación que ¿casualmente? Rusia llevó a cabo en un lugar donde no tuvo que sufrir la presión que un país europeo habría ejercido para meter la nariz en el Arctic Sea, si se hubiese rescatado en sus aguas.
Aun dando crédito a la hipótesis del contrabando, quedaría por esclarecer quiénes son los presuntos secuestradores. ¿Una banda de cretinos que se hizo con el barco equivocado? ¿Un grupo mafioso que actuó a sabiendas de lo que había? ¿Un comando profesional lanzado para dar una buena excusa a la Armada rusa para intervenir y recuperar el cargamento del Arctic Sea? La respuesta será sin duda uno de los secretos mejor guardados del Kremlin.
Desde que los marineros fueron liberados, al menos hasta el sábado, sus familiares no han podido entrar en contacto con ellos, al contrario de lo que sucedió con los tripulantes rusos del barco ucranio Faína, que había caído en manos de piratas somalíes. Señal de que, según Voitenko, los marineros están recibiendo instrucciones sobre cómo contestar a preguntas demasiado curiosas. Como dijo uno de ellos al diario Izvestia: "Lo que sucedió con nosotros es secreto de Estado".

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