martes, 3 de agosto de 2010

Abajo Lula en Brasil, democracia no populismo y guerrilla.


Oposición fustiga política exterior de Lula
El candidato José Serra ataca la cercanía con Chávez, los lazos con Irán, Bolivia y Paraguay.

BRASILIA
El candidato presidencial José Serra convirtió la política exterior del presidente Luiz Inácio Lula da Silva en el principal blanco de sus ataques.
Con cuidado de no citar a Lula, Serra y sus allegados han focalizado sus críticas al oficialismo en sus relaciones con los gobiernos de izquierda de América Latina, como el presidente venezolano Hugo Chávez.
Serra, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), ataca la cercanía con Chávez, las negociaciones con Irán y su presidente Mahmud Ahmadinejad, y el apoyo a los gobiernos de Bolivia y Paraguay.
En un encuentro reciente con empresarios, Serra acusó al gobierno de ``hacer filantropía'' con Bolivia y Paraguay por la política de pagar precios preferenciales por la energía que adquiere de esos países.
Más recientemente, vinculó a la candidata del gobernante Partido de los Trabajadores (PT, izquierda), Dilma Rousseff de ser la candidata escogida por Chávez. Rousseff fue escogida por Lula como candidata a sucederlo en las elecciones del 3 de octubre.
``Chávez ya declaró que es `dilmista', y el PT es chavista'', aseguró Serra la semana pasada en una entrevista con la red de televisión Record.
Anteriormente, fue su aspirante a vicepresidente, José Indio da Costa, quien desató una tormenta cuando acusó al PT de tener vínculo con la guerrilla colombiana de las FARC y el narcotráfico.
Posteriormente recurrió a la internet para clarificar que el Partido del Trabajo no tiene relación con el narcotráfico.
José Serra acusó al gobierno de Bolivia, que mantiene estrechas relaciones con Lula, de complicidad con el narcotráfico y atacó el Mercosur como un ``obstáculo'' para la inserción brasileña en el mercado mundial.
``Todo eso está dentro de una línea de Serra de ocupar espacios de la derecha'', comentó el analista político Carlos Lopes, de la consultora Santa Fe Ideias. ``El gran público no está interesado en política externa, pero es una forma de asegurar el apoyo de un electorado de clase media más conservador''.
La estrategia, en su opinión, refleja la dificultad que encara un candidato que debe hacer oposición al presidente más popular de la historia brasileña.
``El (Serra) no puede atacar a Lula. Atacar a un presidente con 80 por ciento de popularidad es complicado'', destacó Lopes. ``Por eso habla mucho del PT y de Dilma (Rousseff), pero no hace referencia a Lula''.
La postura de Serra generó respuestas duras del PT, que calificó al ex gobernador de Sao Paulo y ex ministro de Salud de autoritario y derechista. Pero el candidato opositor no se quedó callado.
``Troglodita de derecha es quien apoya a Ahmadinejad, que está allá apedreando mujeres, que condena a periodista y ahorca a sus opositores'', dijo sobre la relación de Lula con el líder iraní.
Marco Aurelio Garcia, asesor internacional de Lula y coordinador de la campaña de Rousseff, es uno de los que ha señalado una tendencia derechizante de Serra, pese a su pasado como dirigente estudiantil de izquierda que debió salir al exilio durante la dictadura militar (1964-1985).
``Da pena ver a una persona que tuvo un pasado de izquierda, como José Serra, correr tanto a la derecha, a aquella derecha rabiosa, atrasada. Parece un final melancólico de su carrera política'', dijo la semana pasada Garcia en una entrevista con sitio de internet del PT.
No es la primera vez que Serra tiene que lidiar con un escenario adverso.
En el 2002, cuando Lula era candidato presidencial de la oposición, Serra era el aspirante oficialista en momentos que el presidente Fernando Henrique Cardoso arrastraba bajos índices de aprobación.
Ocho años más tarde, carga con el fardo inverso: ser el aspirante adversario de un presidente altamente popular.

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