domingo, 3 de junio de 2012

A dos años del sismo, el 85% de los haitianos busca sacar adelante su vida Por Maricel Spini


mspini@infobae.com Deje su comentario Tamaño Imprimir RecomendarVotá 12345 Pese al tiempo transcurrido desde el terremoto y tras la epidemia de cólera, el sistema social y sanitario del país continúa frágil. Joan Arnan, jefe de la misión de Médicos Sin Fronteras, dijo a Infobae América que temen un nuevo brote de la enfermedad


La suerte de 9 millones de haitianos no cambió desde que el terremoto destruyó la capital, Puerto Príncipe, y mató a casi 300 mil personas en enero de 2010 y desde que una epidemia de cólera causó 7.074 muertes nueve meses después.

A más de dos años de esas tragedias que enlutaron a la nación caribeña y movilizaron a organismos internacionales, los proyectos para reconstruir el país se encuentran casi congelados.

La crisis humanitaria fue convertida en cifras de inversiones necesarias: 500 millones de dólares para construir escuelas nuevas para niños pobres; 200 millones para darle a Puerto Príncipe su primer sistema de tratamiento de aguas residuales; 224 millones para crear un parque industrial que emplearía a 65 mil personas.

Sin embargo, con el paso de la urgencia, la presencia de ayuda internacional mermó hasta llegar al panorama actual, donde Médicos Sin Fronteras (MSF) alertó sobre una posible nueva epidemia de la enfermedad mientras el 85% de la población vive en la pobreza.
En ese escenario poco alentador, Joan Arnan, jefe de la misión de MSF en Haití, realiza su trabajo diario: gestiona la labor de los médicos y las relaciones con instituciones sociales para lograr cambiar la tendencia en la atención médica.
El voluntario destinó tiempo de su agenda, que incluye ocuparse de la seguridad del equipo "porque la violencia aún es un factor muy importante sobre todo en las principales ciudades", para dialogar con Infobae América. "En el caso de Médicos Sin Fronteras, la mejor forma de conseguir seguridad es brindar un trabajo de calidad, porque la gente nota eso, lo respeta y valora", afirmó.
¿Cuál es la situación social y de acceso sanitario en la actualidad?
En estos momentos, dos años y medio después del terremoto y un año y medio después de la epidemia, muchas cosas no cambiaron. El sistema sanitario es frágil y limitado. Hay programas de salud materno-infantil que promovieron los donantes, pero el resto de la atención es restringida y la calidad es mala. Esas son las condiciones. Ya antes del sismo el país era el más pobre del hemisferio norte, el terremoto y el cólera sólo dieron el golpe de gracia.

La inminencia de un nuevo brote ¿es consecuencia de la falta de inversión y prevención desde la anterior epidemia?

Hubo partes buenas y malas en el trabajo posterior a la epidemia. Pero para explicar cómo están las cosas voy a darte un ejemplo. En Puerto Príncipe, en la actualidad, sólo hay disponibles 897 camas para atender a los enfermos de cólera, mientras que en el pico, el año pasado, había 2.500. Pero ninguna de ellas pertenece a la estructura de salud pública, son todas de organismos internacionales.

Hay informaciones sobre la posibilidad de que las personas que estuvieron enfermas vuelvan a contraer el cuadro, ¿esto es así?

Podrían volver a contaminarse, según los últimos estudios; pero esto aún no fue demostrado científicamente. El cólera está mutando, la cepa toma nuevas formas. Es decir que existe un riesgo.

¿Se aprecia un clima de preocupación entre los haitianos?
El miedo siempre existe. Pero hoy hay otro conocimiento, si bien no cambiaron las condiciones que llevaron a la epidemia, los ciudadanos sí incorporaron nuevos hábitos: cuando tienen diarrea o vómitos por varios días (que son dos de los síntomas de la enfermedad), acuden de inmediato a un centro sanitario. La gente está temerosa y el discurso del Gobierno es el de la calma. Trata de disminuir los rumores y eso lo único que provoca es que se desmovilice a la sociedad en vez de prepararla para lo que puede ocurrir.
MSF cuestionó la falta de soluciones humanitarias en Haití, ¿a qué cree que se debe eso?
Se criticó la falta de atención que tuvieron los organismos de financiamiento. Cuando fue la epidemia o el terremoto, sí dieron una respuesta y se montaron diversos proyectos para integrar las estructuras de salud pública. Sin embargo, no funcionaron o funcionaron de forma intermitente. La mejor muestra del fracaso es que hoy día no hay ninguna cama para el tratamiento del cólera que sea del Estado. Para poder reaccionar, uno debe saber qué es lo que está ocurriendo. Y no contamos con esa posibilidad porque hay una falla está en el sistema de prevención. En los departamentos del interior, sobre todo del norte, no hay estadísticas, no existen cifras. No sabemos qué pasa donde no está Médicos Sin Fronteras porque nosotros sí manejamos números.
¿Los organismos se olvidaron de Haití tras la emergencia del terremoto y el cólera?
Creo que hay falta de atención. Sí es cierto que la financiación bajó muchísimo. Este año, proyectaron que se requerían 240 millones de euros para hacer frente a todas las necesidades del país, pero hasta ahora sólo se financió el 15 por ciento. La respuesta que podemos dar hoy, cuando acaba de comenzar la temporada de huracanes y se espera que tres o cuatro toquen Haití con los consiguientes destrozos y daños que suelen ocasionar, es mala. Hay una falta clara de atención.
Si tuviera que describir a los haitianos hoy, ¿qué diría de ellos?

Una gran parte de la sociedad haitiana sufre condiciones de vida dramáticas. Yo aquí mismo, desde la terraza del edificio, veo casas muy humildes, hechas con hojalata. Las personas viven sin agua potable ni electricidad. Como en todo, hay quienes tienen un pasar más relajado, pero el 85% lucha para sacar adelante su vida. No sólo por las condiciones económicas y sociales sino porque el sismo supuso un trauma importantísimo para esta gente. Pero como dicen, las cosas se viven depende de cómo uno las afronte. Por eso hay muchos haitianos que con optimismo trabajan y hacen lo posible para que el país salga adelante.



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